En menos de cinco años, México pasó de ser un mercado incipiente en digitalización inmobiliaria a consolidar un ecosistema de más de 100 startups tecnológicas dedicadas a compraventa, renta y gestión de propiedades. Sin embargo, el entorno económico actual ha puesto a prueba su capacidad de adaptación y resiliencia. La caída en la inversión de riesgo y la desconfianza de algunos actores del sector amenazan con frenar este crecimiento.
El retroceso de la inversión de riesgo
Aunque 2024 cerró con señales de recuperación en el levantamiento de financiamiento, enero de 2025 mostró un panorama preocupante: la inversión de capital de riesgo cayó un 90,65% frente al mismo mes del año anterior, según datos de TTR Data. “Toda la industria venture capital está revolucionada, las tasas están muy altas”, señala Rubén Frattini, fundador de PropTech Latam. Ante este escenario, las startups han comenzado a recurrir al financiamiento por deuda para mantener sus operaciones.
Cambio en las expectativas: de crecimiento acelerado a rentabilidad
Uno de los cambios más marcados en el ecosistema es el giro de las expectativas: ya no basta crecer rápido; ahora se exige demostrar rentabilidad sostenible. Las startups deben probar que sus modelos funcionan más allá de las historias atractivas. Según Ruben, los promotores inmobiliarios miran hoy a las startups no como apuestas riesgosas, sino como aliadas estratégicas para transformar el sector.

El desafío de la adopción tecnológica
A pesar de que existen herramientas avanzadas para automatizar la gestión inmobiliaria, muchos agentes siguen desconfiando o desconociendo su potencial. “Siguen usando páginas web obsoletas. Muy pocas se están adecuando”, advierte Ruben Frattini. La baja adopción tecnológica se mantiene como uno de los principales obstáculos para el avance del sector proptech en México.
Casos que ilustran los retos del mercado local
Durante la pandemia, plataformas como Flat, QuintoAndar y Clau irrumpieron con fuerza, pero al normalizarse el contexto, surgieron desafíos. QuintoAndar, por ejemplo, cerró su producto Benvi en menos de un año por problemas de confianza en el mercado mexicano. Flat, por su parte, cambió su nombre a Clau para rediseñar su modelo y enfrentar críticas sobre su reputación. Estos casos muestran el reto de tropicalizar modelos extranjeros al mercado local.
Un ecosistema con espacio para crecer
Aunque las proptech representan solo el 1,7% de las transacciones inmobiliarias anuales, su potencial es significativo. El sector genera alrededor de 3.434 empleos y crece a una tasa anual del 15%, según Endeavor México. Las startups mexicanas operan principalmente en siete subindustrias, como corretaje, financiamiento, renta residencial y administración comercial, y concentran más del 80% del capital recibido en soluciones financieras.
Fintech y proptech: una alianza estratégica
La intersección entre fintech y proptech está abriendo nuevas oportunidades. Temas como seguros de vivienda, créditos hipotecarios y administración de obras ofrecen espacios para sinergias estratégicas entre ambos sectores. “Empieza a haber un acercamiento muy fuerte entre fintech y proptech”, explica Ruben, destacando que estas alianzas podrían ser claves para el crecimiento futuro.
Adaptación y resiliencia: claves para el futuro
El reto para muchas startups será mantenerse activas mientras redefinen sus modelos de negocio. Algunas cambiarán de nombre, otras de estrategia, y algunas cerrarán, anticipa Fernando Rodríguez del Clúster de Innovación y Transformación Inmobiliaria (CITI). La clave para las proptech mexicanas será adaptarse al mercado local, mantener estructuras operativas ligeras y generar valor sin depender exclusivamente del capital de riesgo.